28 abril 2024

La “canchita del coco”, una lucha perdida para casi todos

En principio se celebran las 16 viviendas que serán construidas que si bien no resuelven el problema habitacional que tiene el distrito, es buena noticia que varias familias serán beneficiadas con su techo propio. 

En principio se celebran las 16 viviendas que serán construidas que si bien no resuelven el problema habitacional que tiene el distrito, es buena noticia que varias familias serán beneficiadas con su techo propio. 

Sin embargo, claramente no es un éxito para la gestión de Flexas reconocer que los únicos terrenos municipales que tienen disponible, luego de casi 8 años de gobierno, son precisamente los de la canchita del barrio los eucaliptos y que la respuesta al déficit habitacional sean sólo estas 16 viviendas de un plan provincial. 

Tampoco es un éxito para la oposición que sólo ostenta pedidos de informes sobre la aplicación de la ordenanza municipal del banco de tierras, informes que además no fueron contestados y no se tomaron otras medidas para que tales respuestas aparezcan. Tal vez sea necesario revisar el recurso de las minutas de comunicación del HCD porque evidentemente no están teniendo el impacto que corresponde. 

Además sabían al igual que el intendente, que ese espacio de la canchita sería el destino del plan de viviendas provincial gestionado y promovido por la Diputada Provincial Viviana Guzzo, que de contar con más terrenos municipales podría haber beneficiado a más vecinos. 

Por otro lado, para el barrio era una lucha perdida desde el 2017, momento en el cual la concesión de ese terreno otorgada a Coco Goycochea y Zulma se había vencido y no se la volvieron a renovar. Tal vez ahora, el reclamo o la negativa es un poco tarde y totalmente inútil ya que está todo encaminado y la empresa constructora tiene todo listo para comenzar las obras. 

Es una lucha perdida para casi todos, los pibes del barrio que se quedan sin ese espacio, el gusto a poco de las 16 viviendas como respuesta a una población que vive acuciada por los alquileres a valores desorbitantes, angustiada por no conseguir dónde vivir y mucho peor aún, familias que no pueden ni pensar en construir con su propio esfuerzo su hogar pero al menos 16 familias tendrán el beneficio de acceder a su casa propia.  

La respuesta del Estado y de la dirigencia política es casi nula. Ese espacio de coco y Zulma, que es del barrio también, siempre fue visitado cada 2 o cada 4 años con actividades partidarias y ahora con este hecho consumado, nada han podido hacer, no sólo para evitarlo, sino también para que el municipio pueda comprar más terrenos y así intentar nuevos planes de viviendas, mejorar la canchita o el salón que está construído. 

Habrá que ver qué sucede más adelante y si realmente estará en agenda el problema habitacional y revisar la letra chica de las promesas de campaña en esta contienda electoral del 2023. 

Por último, como sugerencia de este medio, se podría proponer que el nuevo barrio lleve el nombre de “Coco Goycochea” en homenaje a su labor de tantos años en ese lugar y que lo que queda del espacio, acondicionarlo para que continúen las actividades barriales, apoyo escolar, deporte y todo lo que necesite la comunidad.