¿Cómo es la moneda digital que propone Massa y por qué se diferencia de las cripto?
El ministro de Economía, Sergio Massa, aseguró que en las próximas semanas enviará al Congreso un proyecto de ley para crear una “moneda digital argentina”, y a partir de ello se abrió una serie de incógnitas sobre los beneficios y problemas tendría esa medida.
“Vamos a poner en marcha la moneda digital argentina. Así como tus hijos plantean en su economía de plataformas la posibilidad de comerciar con el celular o la tarjeta, lo vamos a hacer de manera global para toda la Argentina”, adelantó días atrás Massa. Además, dijo que la divisa virtual “ofrecerá una reducción impositiva para quienes la utilicen en sus operaciones económicas, como una forma de promover la formalidad en las transacciones”.
Según explicaron desde el entorno del candidato a presidente de Unión por la Patria, la Moneda Digital Argentina (MDA) facilitará las operaciones digitales y generará oportunidades, autonomía e independencia a personas y empresas a partir de la simplificación financiera. “Además, permitirá reducir impuestos y comisiones generando incentivo de uso”, señalaron.
La propuesta permitirá, aseguraron, más libertad y autonomía a la hora de realizar transacciones en lo cotidiano, de fácil uso y acceso, incluyendo sectores no digitalizados ni bancarizados y evita la burocracia financiera.
Las fuentes no dieron detalles técnicos sobre cómo funcionario la emisión, circulación y seguridad de la moneda en cuestión. No precisaron tampoco la tecnología sobre la que se basaría. Pero abundaron sobre beneficios como que la digitalización contribuiría al equilibrio fiscal, “y es la única viable al no forzar ajustes draconianos ni requerir de impuestazos que afecten negativamente el ingreso de las familias argentinas”.
Una de las claves, con buena parte de la actividad económica nacional fuera del circuito formal y dependiente del dinero físico en efectivo, es que “una moneda digital generaría herramientas para incorporar la economía informal al circuito formal”, sostienen en el ministerio. Al formalizar la economía, aumenta la base de contribuyentes y permite una mayor eficiencia recaudatoria, explicaron.
En cuanto a la implementación, dijeron, es un programa en dos etapas. Primero se fortalece el ecosistema existente y posteriormente se avanza en una nueva infraestructura provista y respaldada por el Banco Central, generando capacidades para que éste último pueda emitir una moneda digital o virtual, aseguraron.
En la jerga de las criptomonedas, esas emisiones son llamadas monedas digitales de banco central (CBDC), porque se oponen a la descentralización de modelos como Bitcoin, que prescinde de la existencia de bancos centrales y políticas monetarias. A diferencia de las monedas digitales privadas o criptomonedas, emitidas con diferentes formatos por agentes privados, la emisión de la CBDC está centralizada en el banco central, y es de curso legal, es decir, de aceptación forzosa por el sector público y privado. Esto significa que debe ser aceptada como medio para la compra de bienes y servicios y el pago de impuestos. (DIB)