{"id":50102,"date":"2019-12-26T16:48:53","date_gmt":"2019-12-26T19:48:53","guid":{"rendered":"https:\/\/viamontedigital.com.ar\/?p=50102"},"modified":"2019-12-26T16:48:58","modified_gmt":"2019-12-26T19:48:58","slug":"como-hemos-cambiado-en-tecnologia-y-consumo-en-los-ultimos-diez-anos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/viamontedigital.com.ar\/como-hemos-cambiado-en-tecnologia-y-consumo-en-los-ultimos-diez-anos\/","title":{"rendered":"C\u00f3mo hemos cambiado en tecnolog\u00eda y consumo en los \u00faltimos diez a\u00f1os"},"content":{"rendered":"\n

Una vez asimilados y aplicados en la din\u00e1mica cotidiana, parece que los usos tecnol\u00f3gicos que en realidad no llevan demasiado tiempo entre nosotros siempre han estado ah\u00ed<\/strong>. Esto se refleja en la nebulosa mental que brota cuando se intenta recordar desde cu\u00e1ndo los llevamos a cabo. <\/p>\n\n\n\n

El cierre de 2019, por aquello del cambio de d\u00e9cada \u2018psicol\u00f3gico\u2019<\/strong>\u00a0(en realidad el paso oficial se producir\u00e1 a finales de 2020),\u00a0invita a hacer memoria\u00a0sobre esos cambios ahora tan interiorizados y que, si se repara en ellos desde fuera, resaltan la profunda transformaci\u00f3n social.<\/p>\n\n\n\n

La vida en la pantalla del m\u00f3vil<\/h2>\n\n\n\n

En 2009 ya \u00e9ramos adictos al m\u00f3vil<\/strong> (por poner en contexto, el iPhone irrumpi\u00f3 en 2007, a\u00f1o en el que tambi\u00e9n empez\u00f3 a conocerse Facebook y asom\u00f3 el embri\u00f3n del sistema operativo Android), si bien la universalizaci\u00f3n de la cultura del \u2018smartphone\u2019 se producir\u00eda despu\u00e9s<\/strong>. Mensajes de WhatsApp, descargas de aplicaciones, fotograf\u00edas, la obsesi\u00f3n por los selfis, horas infinitas en las redes sociales, gestiones, ocio, juegos\u2026 estamos en el presente digital y en el de la hegemon\u00eda de la pantalla, y no la del ordenador.<\/p>\n\n\n\n

El m\u00f3vil, para bien y para mal<\/strong> (si se piensa en fr\u00edo, vernos por la calle a todos con el m\u00f3vil sin atender a lo de alrededor, incluso cuando se queda con los amigos en cafeter\u00edas, tiene algo de Black Mirror<\/em>), se ha convertido en un ap\u00e9ndice fundamental. Tanto que la extra\u00f1eza nos envuelve cuando no lo llevamos encima<\/strong>, a lo que se suma que a veces lo miramos de forma compulsiva, pero ese es otro tema.<\/p>\n\n\n\n

El tel\u00e9fono fijo, relegado<\/h2>\n\n\n\n

Un efecto de lo anterior se refleja en el progresivo arrinconamiento del tel\u00e9fono fijo<\/strong>. Sigue en los hogares, y sobre todo en empresas y negocios, pero por ejemplo en las casas casi est\u00e1 de adorno y por aquello de que por medio del mismo se tiene contratada la wifi y la televisi\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n

\u2018Streaming\u2019: ocio m\u00e1s que a la carta<\/h2>\n\n\n\n
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El ‘streaming’ ha transformado nuestro ocio<\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

Primero grab\u00e1bamos los programas, series y pel\u00edculas cuando no pod\u00edamos verlos a la hora de emisi\u00f3n, pero dicha pr\u00e1ctica se acab\u00f3. Los servicios de streaming<\/em> han amplificado el concepto de contenido a la carta, ya que nosotros elegimos qu\u00e9, cu\u00e1ndo y c\u00f3mo.<\/strong><\/p>\n\n\n\n

En la tendencia han influido la cultura de ocio focalizada en las series y la inabarcable y continua oferta de ficci\u00f3n<\/strong>. En la era de Netflix y de HBO (y de Amazon Prime Video, Movistar +, Filmin, Disney +\u2026), parece claro que el paradigma ha mutado y que eso lo ha notado la televisi\u00f3n convencional, casi extra\u00f1a para algunos j\u00f3venes.<\/p>\n\n\n\n

Las compras en Amazon<\/h2>\n\n\n\n

En este periodo se ha extendido la compraventa online<\/em>, desde hace tiempo un acto mundano m\u00e1s, y se ha perdido el miedo a meter el n\u00famero de tarjeta<\/strong>. El reinado de Amazon, la proliferaci\u00f3n de apps y el boom de AliExpress, entre otros aspectos, reflejan el continuo crecimiento de la tendencia. En paralelo, el peque\u00f1o comercio ha debido adaptarse a los modos de consumo (tambi\u00e9n en lo relativo al contacto con clientes e imagen de marca en redes).<\/p>\n\n\n\n

Las tarjetas ‘contactless’<\/h2>\n\n\n\n

En comparaci\u00f3n con otros cambios parece anecd\u00f3tico y menor, si bien el uso com\u00fan de las tarjetas de pago contactless<\/em><\/strong> (no hace falta introducirlas en la ranura del cajero o del dat\u00e1fono de la tienda) constituye otro paso significativo<\/strong>. Este se a\u00f1ade a la ya veterana gesti\u00f3n bancaria a trav\u00e9s de Internet y las aplicaciones. La grandes preguntas que surgen son las de si dentro de un tiempo no har\u00e1 falta la tarjeta y la de hasta cu\u00e1ndo habr\u00e1 dinero f\u00edsico.<\/p>\n\n\n\n

Lo que ya no parece ciencia ficci\u00f3n<\/h2>\n\n\n\n

Los avances tecnol\u00f3gicos detectados y vislumbrados propician que ya no nos resulten raras <\/strong>y de ciencia ficci\u00f3n cuestiones como el reconocimiento facial, los chips identificativos que empiezan a probarse, los coches h\u00edbridos, el\u00e9ctricos y que funcionan solos, las posibilidades de las impresoras 3D, la realidad aumentada<\/strong>\u2026<\/p>\n\n\n\n

No obstante, aspectos como los primeros suscitan un considerable\u00a0recelo acerca de la privacidad<\/strong>\u00a0(la localizaci\u00f3n y el rastro que dejamos en\u00a0apps<\/em>\u00a0e Internet tambi\u00e9n figurar\u00edan aqu\u00ed)\u00a0y la libertad debido a los potenciales usos perversos<\/strong>. No debemos olvidar que el\u00a0Gran Hermano<\/em>\u00a0lo controla todo\u2026<\/p>\n

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