19 septiembre 2024

Gustavo Hernández, la historia de un pehuajense dedicado al arte y la expansión de la música: “Siento que siempre estoy empezando… empiezo todos los días”

El reconocido músico pehuajense, especializado en folklore, conversó con NOTICIAS y repasó en nuestra redacción su extensa historia musical en su rol como pianista, director, arreglador, escritor y cantante, con un destacable recorrido reflejado en sus obras.

A penas culminó sus estudios secundarios, Gustavo Hernández dejó atrás su Pehuajó natal en busca de nuevos horizontes, con el objetivo claro de que la música, aún sin saber mucho de qué forma en sus inicios, lo acompañaría durante toda su vida.

 

Te fuiste a estudiar… ¿Con qué anhelos? ¿Qué estudiaste en música?

– Yo cuando empecé fui a hacer dirección orquestal. Paralelamente, cuando empiezo a venir a Pehuajó en las vacaciones, mi hermana tenía un grupo de folclore acá y empiezo a meterme, a ojear el folclore y, por suerte, en segundo año, dije ya está… tomo la dirección de orquestas, la dirección coral y composición como formación y me dedico 100% al folclore en cuanto a corazón y a meterle. El objetivo fue formarme y después bueno, la vida me llevó a mil grupos, de distintos géneros.

Luego de su trayectoria estudiantil, Gustavo decidió construir su carrera profesional en la capital del país, donde trabajó como músico sesionista, integró el Grupo Vocal Argentino, dirigió orquestas por más de 20 años, lanzó su carrera como solista y, también, creó su trío musical.

“Estuve muchos años con el Grupo Vocal Argentino, desde el año 1994 hasta el 2005 que, bueno, además de estar en Buenos Aires era viajar a varios lados, viajamos por el país, viajamos a Corea, tuvimos bastante actividad profesional y siempre metido en el centro del grupo, como director musical en un grupo que había armado “Chango” Farías Gómez en su momento, pero después lo siguió Carlos Marrodan”, comentó Hernández.

Además, recordó sus inicios como compositor, “paralelo a eso, siempre hice mi trayectoria solista, que primero tuvo ese primer disco en el año 2000 que se llamó ´Se me escapa el gato´ y con el cual empecé a andar por todos lados, también”.

 

DIRECCIÓN CORAL

¿Cómo surgió tu pasión por dirigir y acompañar grupos?

– Siempre me dio curiosidad, pasión y dedicación distintos estilos musicales. Lo mío personal es el folclore y lo profesional, que también es personal no lo puedo separar, es la dirección coral. He tenido muchos coros, he participado en varios también y eso fue una linda experiencia con el tipo de música que podemos llamar música clásica o académica, como le dicen ahora, pero también he tenido coros que hacíamos música popular. Estuve 25 años dirigiendo un coro municipal en Campana al cual llevé a ser un grupo vocal folclórico para ser coherente con lo que quería transmitir de alguna manera. Fue una experiencia muy linda, y tuve en ese rubro muchos grupos

 

Repasando su extensa carrera, la etapa del trío musical marcó un gran avance en su recorrido, desde 2004 hasta la actualidad. Con algunas modificaciones, el grupo continúa brindando shows.

– Hice muchas actuaciones solistas y, en un momento dejé, como que ya no quería estar tocando solo y armé un trio que tiene mi nombre “Gustavo Hernández trío” que lo integró Osvaldo Avena, uno de los bateristas que tocó con Mercedes Sosa mucho tiempo y Juan Martínez, que hemos venido a Pehuajó varias veces, comentó Gustavo.

 

Ahí ¿En qué fecha estamos hablando?

– Estamos hablando del 2004, o sea que el trío tiene 20 años ya. Yo digo tiene porque, por más que no estamos con actividad frecuente, justamente vamos a tener una actuación en septiembre con ellos. Hemos venido a Pehuajó en el último festival que se hizo de folclore.

¿Sigue conformado el trío?

– Sí. Cambiamos el baterista, se retiró, pero la esencia del trío sigue.

 

TIEMPO DE CAMBIOS

Varios años de su vida transcurrieron en Buenos Aires y, como a muchas personas les sucedió, el 2020 lo impulsó a dar un golpe de timón y, en su caso, volver a las raíces de su ciudad.

Ante esa observación, Gustavo detalló “ese tiempo que estuve en Buenos Aires, fue de 35 años. Desde que me fui, todavía estoy jugando con eso de que en mi vida le gana Buenos Aires a Pehuajó, no en el corazón, sino en el tiempo vivido. Van más años vividos en Buenos Aires que los que he vivido acá interrumpidos por haberme ido, justamente, pero son muchos años de haber estado en el ambiente profesional de todo tipo”

Además, continuó su relato en relación a volver a casa “yo siempre digo que elegí volverme y no irme de Buenos Aires, que podría ser también eh, pero no, me encanta Buenos Aires, está bárbaro, pero elegí volver acá y estoy feliz de eso al día de hoy”. 

Como comentabas, estuviste un tiempo en Buenos Aires, en la pandemia te viniste a Pehuajó, en ese tiempo conocimos un ciclo que venís haciendo y demás. ¿Novedades?, ¿estás volviendo a tocar en Buenos Aires?

– El primer regreso mío a Pehuajó fue con la Misa Criolla, la hicimos durante el 2015, todo vía Cultura, una propuesta que se me hizo para hacer un espectáculo anual, pero que implicaba venir una vez por mes a ensayar. Eso llevó que, al año siguiente, además de seguir con otros proyectos concretados con Cultura, iniciara el grupo vocal “Del remanso”, quienes me convocaron para que los dirigiera, les hiciera algunos arreglos y estuvimos hasta antes de pandemia trabajando con ellos, trabajando con nivel profesional, yo siempre les decía, “los llevé a hacer música como yo hacía allá en Buenos Aires, sin diferencias, no tiene que haber diferencia. El laburo tiene que ser el mismo y el resultado también.”

Y, después, lo último que hice con Cultura fue un proyecto con los jóvenes que era “Nietos del Rock” integrado por chicos de la edad de secundaria/fin de secundaria, para que cantaran el repertorio que, 50 años antes, chicos de casi la misma edad, habían generado el rock nacional: Sui Generis, Litto Nebbia, Moris… y estuvo muy bueno porque fue una mezcla de hacer docencia y hacer música, con el mismo criterio que vengo diciendo.

 

Ahí arranca otra etapa porque resulta que vos te volvés, arranca la pandemia, eso te despega de la presencia en Buenos Aires hasta que se levantó y en él mientras tanto ¿qué empezas a hacer acá en Pehuajó?

– Primero, vía virtual la cuestión de los recitales. Empecé a armar una serie de recitales de siete temas, cosas cortitas, para el momento, uno le peleaba a la “cosa técnica”

¿Stremeabas?

– Si pero, justamente, peleando con “la cosa técnica”, que uno como “cuidadoso de la música” vos querés que suene bien y había que tener un estudio profesional para que sonara bien pero bueno, la gente se acostumbró a escuchar así, uno se acostumbró a brindarse 100×100 con lo que tenía y estuvo muy bueno, la verdad es que estoy muy contento porque son todas etapas que a lo largo de la vida, aunque pasó hace poco tiempo, ya forman parte de un pasado muy lindo vivido y cuando salimos de pandemia, que ya se podía salir a hacer música, juntar gente, shows, me reflotó una idea que siempre quise y era un ciclo.

Allá en Buenos Aires es muy difícil armar ciclos porque conseguir un lugar que te diga “si, vení todos los jueves…”, bueno ni si quiera una vez por mes. Es complicado porque hay mucha llamémosle competencia, mucha actividad y pocos lugares, porque no hay tantos para hacer este tipo de música y dije “bueno, voy a intentar hacer un ciclo acá” y empezamos en la primera casa tomada.

 

SIETE GRILLOS

– Al ciclo lo llamé “Siete Grillos” y, a esta altura, ya está sonando el nombre y estoy muy agradecido por eso, ya que la idea central era consumar lo que yo ya venía pensando, que era traer la poesía. Yo siempre digo que, cuando entré al folclore, uno entra como músico por la música, por supuesto, pero cuando empecé a escuchar las poesías, es “ah, pará, acá esto es otra cosa” y yo quería trasladar eso a los espectáculos, más allá de incitar a la gente que escuche bien las letras.

Entonces, cuento historias, traigo poesías que tienen que ver con los temas, pongo en situación, llevo a que se escuche y, eso de los Siete Grillos que ya lo vengo contando, pero bueno, para quién lo escuche por primera vez, yo siempre digo que, a los grillos, vos escuchas como cantan y cantan y cuando vas a ver atrás del mueble donde están no los encontrás. Están siempre escondidos, pero los escuchas y las canciones tienen eso, vos escuchas la canción, la letra, te gustó la letra, la entendiste, pero dos meses después decís “ah no, pero dice otra cosa…o dice más cosas” y hay grillos escondidos siempre.

¿De ahí viene el nombre?

– De ahí viene el nombre. Y ni hablar los temas viejos, desechados, temas de amigos míos de allá de Buenos Aires que no se hacen, nunca se conocieron y son temones, también son grillos. Y, lo otro que estoy feliz de hacer, que cada jueves hay un invitado distinto.

¿El ciclo desde que empezó se viene realizando así?

– Exacto, todos los jueves, más allá que alguna vez no se hace por distintas cosas.

¿Esa es la estructura y con invitados cada semana?

– Si, distintos.

¿El invitado se acopla a tu show digamos?

– Si. Pero lo que yo les digo a ellos es que traten de aprovechar para cantar canciones que siempre quisieron cantar y nunca cantaron, si quieren hacer lo que hacen siempre está todo bien también, pero los acompaño de una manera distinta, siempre son acompañados al piano y, a partir de eso, el invitado genera un mini argumento por sus canciones y yo hago una parte paralela con medio espectáculo mío que los mezclamos de cierta manera ya, a esta altura, tengo como 50 medios espectáculos hechos.

Dentro de los instrumentos ¿priorizas el piano por algo en particular?

– Si, lo priorizo desde mi concepción de músico instrumentista. Bueno, la vez pasada acá en Pehuajó hice un recital con guitarra y canciones propias, y la flauta también. Cantar y los coros, pero el centro es el piano.

¿Hay público que va todos los jueves o eso va cambiando?

– Exacto, se puede ir todos los jueves que va a haber algo distinto y lo lindo es que, como siempre, cada invitado trae su público. Siempre hay gente distinta que ves y yo estoy feliz con eso. Bueno, que se vea cómo se puede hacer música con profundidad y pasarla bien también, porque a veces uno confunde la profundidad con que hay que estar callado, serio y no molestar, y la verdad es que pasa todo lo contrario.

Claro, además, para lo que es Pehuajó una movida así es destacable, por lo que genera y como se genera

– Si, además, esta cosa que genera que ya estamos transcurriendo el tercer año del ciclo y ya han pasado, no todos, casi todos los músicos de acá y estoy empezando a incorporar, ya hace un tiempo, gente que no es música, o no se dedicó a la música, pero canta muy bien, se dedica, estudia canto o estudia música y es la primera vez que canta. Acompañar esos procesos, también, con gente que no lo ha hecho nunca. Y, además, hemos hecho intervenciones teatrales. En lugar de que venga alguien a cantar viene un actor, hace 7 “molestias”, como le digo yo a las interrupciones actorales. Gente que ha venido a leer sus escritos, sus relatos, también y eso lo voy ampliando, cada vez voy a tratar de incorporar otros tipos de arte.

Claro, viendo “para donde va”

– Exacto, yo estoy toda la semana con la cabeza en el ciclo, viendo que hacer. Ensayando, que ya hoy tengo ensayo para lo que va a haber en septiembre. Es toda una especie de cronograma que tengo que armar, me encanta hacerlo y me mantiene activo y, a parte, salen muchas cosas a partir de ahí también.

Sumado a los ciclos, tu lado educador y las creaciones artísticas, volviste al ruedo con tus presentaciones en Buenos Aires, contame esa parte, ¿qué es lo que estás haciendo?

– Claro, el plan mío era “bueno me instalo en Pehuajó”, el instalarme significa empezar a hacer cosas como ahora esto que está caminando y, de apoco, así como me organizaba las giras a Europa, que también ya está en carpeta volver, ahora Buenos Aires se me convierte como un lugar extranjero al cual ir pero que yo conozco muy bien porque, profesionalmente, estuve mucho tiempo. Ahora ya tengo casi hasta fin de año, una vez por mes, para ir. Lo que me permite ya planear el año que viene.

¿Esas son actuaciones que vos vas a actuar, la gente va y te mira, en que lugares?

– Si, en distintos lugares del circuito de primera, importantes de música en Buenos Aires y con distintas propuestas o concreciones, como me gusta decir a mí porque, con lo mío solo yo puedo ir a cualquier lado o cuando quiera porque ya hice mis discos, tengo mis improvisaciones que hago siempre como fue el domingo 7 de julio, a partir de una propuesta de un organizador de allá, quien convocó a una pianista, Marina Ruiz Matta y a mí para hacer un recital de improvisación pura. Eso significa que con ella nos conocimos en el camarín, más allá de un chateo previo para ponernos de acuerdo y al piano lo vimos ahí, cuando nos sentamos a tocar.

A partir de ahí fue una cuestión de que saliera tocando lo que surgiera, hay ideas que van saliendo y lo que fuimos haciendo fue un ida y vuelta. Empezó tocando ella, me dejó el piano a mí, toqué yo y a partir de ahí lo que habíamos pensado era que cada uno le dejaba al otro algunas notas, para que con esas hiciera su improvisación y fue una noche buenísima porque es divertido también.

A parte, en el circuito en el que se dan estas cosas hay muchos músicos que van a ver, una propuesta para que gente que entienda también enganche ¿no?

– Claro, también para que quien no entendiera, tuviera algo de donde agarrarse. La verdad que muy lindo y muy divertido también porque ahí entra el juego también de “ah, te voy a dejar esta nota, a ver qué haces…” Y, terminamos con un “a cuatro manos” una improvisación los dos juntos, a la vez, que eso es fantástico porque ahí no hay plan alguno. Maravilloso. Un público muy lindo porque a mí me tocó, con esta suerte de regreso, que avisé a mucha gente y estaba. El otro día publiqué en Facebook, lo que llamé “la historia de mi vida”, porque en ese recital había alumnos de todas mis épocas, todos mis alumnos son devenidos amigos siempre. De todas las épocas, de todas las clases, de algún colegio, particulares, virtuales de ahora y amigos músicos de todas las épocas, así que bueno, fue una gran felicidad.

 

HOMENAJE AL DÚO SALTEÑO

Sumado a las distintas actividades que lleva adelante, Gustavo detalló su proyecto junto a su compañera de canto, Ana Peña. Ambos oriundos de Pehuajó, quienes conforman una versión distinta del sonido conocido del Dúo Salteño, respetando además los arreglos vocales originales y la esencia folklórica y poética de cada uno de los temas del querido compositor salteño.

– Al margen del ciclo, al margen de mis discos solistas yo estoy teniendo llamémosle tres agrupaciones fuertes, en las cuales pongo toda la puesta musical que es lo que hago solo, por supuesto, el trío y el dúo que tengo aquí con Ana Peña, con el que hacemos un homenaje al Dúo Salteño, dúo este que conoce muchísima gente, es de los años ´70, lo hizo el “Cuchi” Leguizamón, y es un dúo emblemático que te diría por el cual, en gran porcentaje, me dediqué a la música en folklore y nunca me imaginé estar haciendo su repertorio, ya que soy muy de -y defiendo a muerte esto- hacer siempre cosas propias.

Pero, hacer lo del Dúo es como agarrar partituras de Mozart y tocarlas. Algo que me parece muy valioso y la diferencia es que el dúo es con voces masculinas y acá estamos con femenina, yo haciendo voz baja que no estoy acostumbrado a ese tipo de voz y con piano en vez de guitarra. Hemos tenido la suerte de ir a Buenos Aires, Campana, Dennehy, acá en Pehuajó hemos actuado varias veces, en Santiago del Estero también.

Entonces, por esas tres vías vas apuntalando las fechas donde ir a Buenos Aires, alrededores y demás

– Claro, y avalado por el hijo del “Cuchi”, que hay que tener un poquito ese aval porque si no uno no puede hacerlo con mucho entusiasmo, algo que no es de uno. Eso va a ser en agosto, en Espacio Uriarte que también es un lugar que está andando mucho en Buenos Aires y en septiembre voy con el trío a Espacio Hussek y, en noviembre vamos a tratar de ir a Vivo con un espectáculo de jazz que hice con Andrés Hayes, un amigo allá en Buenos Aires, con un ensamble de jazz con orquesta de cuerdas y que ya hay un disco, “Alondra” que tiene 10 años. Yo dirigiendo la orquesta, haciendo los arreglos y demás.

 

DE CARA AL FUTURO

Gustavo, para cerrar, ¿Qué esperarías de acá en más cómo músico? Desde el punto de vista de si te gustaría que tu canción suene en todos lados, o que alguien aprenda algo de vos.

– De acá en más, deseando que el día tuviera 72hs para poder acomodar todas las cosas que tengo en carpeta. Pero, claramente, es seguir con el espíritu del ciclo que significa tocar muchas músicas, priorizar las poesías, estar en contacto con otros músicos. Armar una cadena expansiva de desarrollo musical, las tres maneras de hacer música que te conté, lo mío como solista, el homenaje al dúo salteño y el trío. Y bueno, hay muchas cosas más que tiene que ver con todo este mundo nuevo que es la tecnología o las redes.

Estoy elaborando, porque justamente el aspecto docente me puede, tengo muchas cosas por contar de como fui descubriendo o encontrando atajos y estoy haciendo videos que están por TikTok, Instagram, como para expandir… ya de seguir pensando composiciones, no tenes una idea la cantidad de carpetas que tengo ´esto lo voy a hacer, esto también´. Y lo voy a hacer. Cuando sea el momento, será anunciado. También la cosa de difundir la actividad, y lo de escribir también. Tengo un libro escrito que saqué en pandemia y que, bueno, ahora el músico se puso celoso del escritor, pero bueno, ya vamos a ir conciliando las dos facetas.

 

Quedaría invitar a la gente que se sume a los shows

– Si, que participen, que vayan. Realmente hace falta, y no es de Pehuajó, es de Buenos Aires, y de todo el mundo. Por suerte allí me fue muy bien, fue mucha gente, pero no es ni 1/3 de la gente que iba hace 20,30 años… algo está pasando con eso y creo que, cuando la gente va queda fascinada. No digo por mí, si no por el hecho de ver música. Hay mucha gente que no está pasando por esa experiencia y solo usa la música por las redes, por los medios y ahí la invitación y la apuesta a seguir, a estar.