Calaveras levantó su segunda Copa de Campeones
El marcador de punta izquierdo, Juan Ríos, anotó el gol a los 28 minutos de la primera etapa, conquista que a la postre le daría un nuevo título al conjunto del “matadero”.
Calaveras venció a Maderense por la mínima diferencia en la final que se jugó en el “Alberto Irigoyen” de Defensores del Este y volvió a levantar la Copa de Campeones que ya había ganado en la temporada 2017, cuando se disputó la primera edición de este certamen corto organizado por la Liga Pehuajense de Fútbol.
El marcador de punta izquierdo, Juan Ríos, anotó el gol a los 28 minutos de la primera etapa, conquista que a la postre le daría un nuevo título al conjunto del “matadero”.
CALAVERAS SUPERIOR
Calaveras fue mejor y manejó el encuentro desde el comienzo. Jugando por abajo, exhibiendo un buen plan colectivo, con la proyección de sus laterales, con personalidad en la mitad de la cancha y sumando mucha gente al ataque, empezó a merodear el área de Juan Gortari, siendo superior a su rival que no hacía pie en el pelito.
Promediando la media hora de juego tuvo su premio con el gol que sería el único del encuentro. Fue una jugada espectacular. La tocaron casi todos. La movieron de un sector a otro y tras un centro desde la derecha de Agustín Ruiz, fue Juan Ríos quien de cabeza terminó los movimientos con un hermoso tanto. Renzo Hidalgo fue clave a la hora de salir del área, jugar por las puntas y desestabilidad a los marcadores centrales de Francisco Madero.
MOMENTO MADERENSE
El conjunto de la vecina localidad de Francisco Madero ensayó dos cambios en el entretiempo y tuvo unos buenos minutos en el inicio del complemento, en los que pudo llegar al empate. Fue en busca de la igualdad con mucha vergüenza deportiva, aunque abusó del juego aéreo. Ante un Calaveras que le cedió el protagonismo, esperando acertar un contragolpe en cada mano a mano en el que quedaban sus delanteros con los defensores del “albiverde”.
CON EL PASO DEL TIEMPO
Con el paso de los minutos la impotencia se fue adueñando del equipo del “vasco” Rubén Landaburu, mientras que el conjunto de Pablo Hernández fue ganando en confianza y se fue aferrando al resultado que finalmente le dio su segunda Copa de Campeones en la LPF.
Como dato de color quedará que ambos técnicos tuvieron que seguir la final desde la platea, al estar sancionados por el Tribunal de Penas de la LPF.
Muy buena labor de los árbitros oriundos de Carlos Casares, sobre todo de Matías Herrera como referí principal dentro del campo de juego.
Otro dato no menor, es que Calaveras se consagró campeón con un plantel integrado en su gran mayoría con jugadores surgidos de su cantera. ¿Salud campeón!